Es Navidad, y por estas fechas es normal que todos engordemos unos kilos. Creo que no soy la excepción, pero me he quedado sorprendida cuando pude ponerme unos pantalones jeans talla 10 o 30 en algunos países. Entraron con algo de dificultad, claro está, pero entraron muy bien. Esto es un avance, aunque siempre estaré divinamente rellena y eso realmente me encanta.
Es normal que cuando subimos una talla o varias de un solo golpe, comencemos a dejar en el camino algunos kilos; pero de ropa que no nos queda. Es difícil salir a la calle estos días, cuando la vista se me va en las vitrinas de los centros comerciales con todos esos modelos de blusas, pantalones, vestidos que sé muy bien que no me quedarán Por Ahora.
Sólo se trata de hacer un pequeño esfuerzo, comer más sano y tratar de ejercitarme sin perder el norte de mi vida. desvivirse por el físico tampoco ayuda, y mucho menos en esta sociedad obsesionada por la figura.
Feliz Navidad.
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