Luego de un año y dos meses de intenso trabajo se acerca el momento del descanso, espero que no pase tan rápido. Tantas cosas por hacer. Hay días en que quisiera tirar la toalla y no ir a trabajar. Quedarme en casa, disfrutar de la familia y no pensar en las noticias.
Estos días son muy intensos. El país se está cambiando de una forma acelerada. Casi ni da tiempo para pensar las cosas. Este domingo luego de una mañana intensa en el Megamercado de la avenida Bolívar donde la gente como loca corría por un kilogramo de leche, vi a un grupo de gente disfrutar de un almuerzo en el restaurante Friday's. Me quedé mirando y comparaba lo que acababa de ver en el megamercal, con la imagen de la gente en el restaurante.
Será que para algunos las cosas siguen siendo iguales y para otros ha cambiado de tal manera que tienen que madrugar para conseguir un kilo de leche. Será que aún hay una parte de Venezuela que esta viviendo y respirando, comprando y disfrutando, mientras hay otra que marcha en contra o manifiesta a favor. Confieso que se me ha vuelto difícil planificar. No sé a ciencia cierta que será de mi vida a la vuelta de unos años. Todo cambia de la noche a la mañana. Lo que cuenta es el presente.
lunes, 22 de octubre de 2007
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